Ya no me envuelvo como antes en tus espumas avulsas, sólo me dejo flotar en tus aguas inciertas y torvas.
Mis sueños, los llevaste de mí...
Talvez aún existan, prefiero dejarlos contigo.
Apresuradas ondas deshacen mis pensamientos.
Soy un veleiro errante sin un puerto seguro, que al adentrar en tu inmenso oceano, ya desaguo en soledad de un aveso profundo.
De las tantas búsquedas de una infinita esperanza, sólo mis ojos marejados te alcanzan.
Pero navego sin derección.
Me arrastra.
Entrego-me.
De todo que viví, sólo resguardo.
Mi leme es la soledad.
sábado, 10 de octubre de 2009
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